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Mis pacientes dicen…

Testimonios

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Mi pequeña de 12 años empezó con una ansiedad que se veía reflejada en arrancarse las cejas casi en su totalidad, ha estado yendo con Diana y le ha ayudado mucho. Ya no se las quita, adicionalmente se siente más relajada y mi relación con ella se ha vuelto aún más estrecha.

Ericka Gómez

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Fui diagnosticada con fibromialgia y los médicos me dijeron que tenía que aprender a vivir con el dolor, así que me dieron medicamento para poder dormir, para el dolor de cuerpo, para el problema estomacal que provocaban los anteriores medicamentos y para controlar mi problema de depresión extrema, en resumen, 23 pastillas al día sin ningún resultado, me sentía frágil como un cristal, no toleraba que me tocaran y pensé en dejar este mundo por tanto dolor y tristeza, sin razón aparente. Escuché a Diana Morales en un programa radiofónico con el Dr. Ernesto Lammoglia y habló sobre la fibromialgia, por lo que acudí a ella.

Diana me pidió que no dejara ningún medicamento pero que continuara con las sesiones, por supuesto mi pregunta fue “cuántas sesiones necesito para sentirme bien”, mi experiencia fue que desde mi primer sesión sentí alivio ya que había dejado de sentir esa tristeza que me mantenía con llanto día y noche y pude empezar a dormir, en mi cuarta visita el dolor había bajado en un 80% y antes de terminar las sesiones acordadas ya no tomaba ningún medicamento y cada día me sentía mejor.

Hoy solo tengo que decir GRACIAS DIANA MORALES, me regresaste a la vida y doy este testimonio convencida de que la fibromialgia “tiene curación”.

Liz Mondragón

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Mi hija nació con alergias alimenticias severas y piel atópica. No pude amamantarla pues no toleraba ni siquiera la leche materna. Durante sus primeros tres años fue difícil alimentarla y fue desarrollando alergias de piel y respiratorias. Le daba alergia los cambios de clima, la lana, la grama, las picaduras de insectos, etc. Acudimos a varios médicos quienes simplemente la medicaban y me pedían que no comiera lo que le hacia mal; tendría que aprender a convivir con sus alergias.

Por cuestiones del destino tuve la bendición de conocer a Diana. Trató a mi hija y la curó completamente, hoy tiene 10 años de edad y es una niña completamente sana. Nunca mas tuvo alergias de ningún tipo.

Con el ánimo de encontrar una alternativa a la medicación tradicional, mi familia ha hecho sesiones de Neuromodulación para tratar distintas dolencias. Diana nos ha ayudado a curar desde cuadros gripales, fiebre, infecciones urinarias, problemas hormonales y de desarrollo hasta ansiedad y traumas físicos y emocionales.

Estaré siempre agradecida de haber podido darle esta terapia a mi hija menor pues su vida le mejoró y cambió para siempre. ¡Gracias Diana!

Loly Porras
Guatemala

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Mi segundo hijo falleció en diciembre de 2005 en un accidente. Como su último regalo, a su esposa, a mi esposo, a sus hermanos y a mí, nos dejó una hermosa bebé de 5 días de nacida, Mariana mi nieta. Mi padre había fallecido siete meses antes, en mayo del mismo año. Desafortunadamente, somatizo mucho cualquier problema emocional y con la pérdida de mi hijo y de mi padre tan seguidas y tan importantes, durante 2006 fui diagnosticada con fibromialgia; me dijeron que era una enfermedad controlable pero no curable con una depresión terrible, dolores por todo el cuerpo y una enorme falta de energía logré sobrevivir, pero sumamente medicada. Por obvias razones, en 2009 al morir mi madre, mi problema se agravó.

Desesperada, un día escuché por la radio en el programa de Martha Debayle una entrevista con “alguien” que a través de una terapia alternativa podía curar la fibromialgia. Apunté su teléfono y decidida a probar este tipo de tratamientos, empecé mis terapias con Diana. Llegué en muy mal estado y  tomando analgésicos, antiinflamatorios, antidepresivos y ansiolíticos.

En poco tiempo empecé a notar una gran mejoría y, posteriormente,  a dejar  muchos de los medicamentos. Y lo “incurable” sí se curó.

Sigo con Diana porque a mis 72 años de edad quiero tener la mejor calidad de vida posible; mantener una relación estable con el hombre que me ha acompañado mis últimos 50 años; ser una madre y una abuela amorosa, pero no invasora de espacios que hoy ya no son los míos; y continuar, felizmente, aun activa en mi profesión.

He encontrado en Diana a la terapeuta y a la amiga que me permite lograrlo. Me ha enseñado también, a ver la vida  de otra manera, a reaccionar mejor y menos impulsivamente, a ser mucho más serena y a tener hábitos emocionales más sanos.
Sólo puedo tener palabras de agradecimiento para ella.

Rosa María Farell Campa

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Me diagnosticaron artritis reumatoide y fibromialgia a la edad de 45 años. Tenía cuadros agudos de dolor en todas las articulaciones y músculos, como si tuviera agujas por todo mi cuerpo, también sufría de mucha rigidez, dificultad para caminar y hacer mi vida normal.

Acudí a un médico reumatólogo, me hizo estudios, me examinó y me diagnosticó los padecimientos que ya mencioné. Estuve bajo tratamiento durante más de un año, tomaba seis medicamentos distintos todos los días. Esto me ayudó a controlar el dolor, pero mi cuerpo  retenía mucho líquido, mi piel estaba reseca y empecé a subir mucho de peso. Periódicamente el médico me indicaba estudios de monitoreo, dado que los medicamentos podían ocasionarme múltiples efectos secundarios.

Posteriormente  una persona me recomendó con Diana Morales. Acudí a su ayuda y ella me dio tratamiento con la técnica de Neuromodulación.

Noté una mejoría inmediata, desde las primeras sesiones me di cuenta de que mis músculos estaban normales, ya me levantaba sin cansancio, volví a hacer mi deporte favorito, que es montar a caballo. Ya no tenía que elegir entre hacer una actividad u otra. Después de 10 sesiones, logré hacer una vida normal. Posteriormente acudí a mi reumatólogo con un nuevo perfil reumatoide; él se quedó asombrado al ver que mi artritis estaba dormida, no había ningún indicativo de artritis, por lo cual empezamos a suspender los medicamentos hasta eliminarlos.

En la actualidad me siento muy bien, he trabajado también con terapia psicológica con Diana, quien me ha ayudado a dar nombre a las situaciones que me lastimaban en mi vida; hoy sé que la vida es un caminar día a día y uno puede elegir ser feliz. Nada depende de los demás, las respuestas están dentro de uno mismo, el saber esto me ha ayudado a ser más libre en mi relación como esposa, como madre y sobre todo conmigo misma.

Gracias Diana por ser una gran profesionista y por todo el tiempo que inviertes en tu preparación, eres un gran ser humano íntegro, creo que estoy en un lugar seguro. Dios te bendiga hoy y siempre tu paciente que te admira.

Irene García

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También quiero dar el testimonio de mi hermoso caballo. Él estaba con alteraciones nerviosas; tenía ataques de miedo, reparaba, bufaba, y sobre todo había perdido la confianza en mí. Lo platiqué con Diana y ella lo trató, me pregunto qué le había pasado en esa semana, le dije que no lo había visitado pues me fui de viaje, al llegar estaba muy extraño, se rehusaba y se ponía a dar vueltas y no quería avanzar, también de la nada reparaba en el campo. Diana me comentó que sólo necesitaría una foto de él, y me explicó que uno de los fundamentos de la física cuántica se que el tiempo y el espacio no existen, y que la distancia entre ella y el caballo eran irrelevantes. Con esta confianza se la mandé y empezamos a trabajar con él.  Además del tratamiento que Diana hizo para mejorar su comportamiento, también me sugirió algunos cambios en la alimentación. Ésta constaba de un concentrado, la fórmula llevaba maíz, yo siempre lo premiaba con piloncillo; Diana me comentó que él era alérgico al maíz, y  se lo suspendí.

Cambié su alimentación por avena rolada y salvado; después de dos sesiones, mi caballo empezó a comportarse y desempeñarse como era antes, muy tranquilo y empático conmigo. Hoy por hoy somos el binomio perfecto un solo corazón en medio de la pradera.

Irene García

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La  Neuromodulación, una opción de vivir sin dolor. En el año 2009 me diagnosticaron artritis reumatoide y estaba programada para recibir un tratamiento invasivo con serios efectos secundarios.

Por medio de una amiga supe de Diana Morales quien a través de la Neuromodulación la había sanado con éxito de fibromialgia. Ella a su vez fue referida por dos pacientes igualmente sanadas. Llegué justo a tiempo con Diana Morales, me salvó de un futuro de dolor y ligado a un tratamiento invasivo, destructivo y sumamente costoso.

En cada sesión obtuve  una mejoría substancial, a veces inexplicable. Solo hace muy poco tuve un dolor en el estómago persistente por casi una semana, cuando se lo comenté a Diana en mi sesión, el resultado fue que el malestar desapareció por completo, y no volvió. El beneficio de la Neuromodulación es real. Cabe decir que antes de mi sesión, consulté al médico sobre mi dolor, me indicó un tratamiento con un medicamento que tendría que tomar durante un mes y su costo era de $1,000 dólares (en Estados Unidos, donde yo radico). Decidí no comprar el medicamento y esperar a tener mi terapia con Diana. Al final, me ahorré este gasto y los efectos secundarios que me hubieran provocado dicho medicamento.

Diana también me ha orientado a dirigirme a una vida de salud integral y de calidad superior. Me ha orientado a desprenderme del YO que tuve que crear para sobrevivir y encontrarme con el YO que contiene todas las fórmulas para vivir, Diana es una mujer sumamente preparada, profesional, inteligente, sensible, intuitiva, con la determinación de dar a conocer las verdades de la medicina, y beneficiar con sus conocimientos a cada uno de sus pacientes. Profundamente : GRACIAS Diana

Valeria White

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A los 17 años me quitaron un ovario porque tenía un quiste del tamaño de una toronja, el cual tenía una gran posibilidad de ser canceroso (¡gracias a Dios no fue!). Diez años después, a los 27 años, me salió endometriosis en el otro ovario y me tuvieron que quitar un tercio del mismo.

Cuando cumplí 30 años mi ginecólogo me sugirió congelar óvulos ya que mi capacidad ovárica se había reducido por mis antecedentes. Acepté. Pero cuando empezamos a tratar de estimular mi ovario para que produjera más óvulos ese mes y me los sacaran (para congelarlos), se empezó a complicar la cosa. No estaba respondiendo al tratamiento. Me hicieron un análisis de mi hormona antimuleriana (la que indica la reserva ovárica – si te quedan muchos o pocos óvulos). El resultado no fue bueno, pero no pésimo (me salió en 0.5 – arriba de 1 se considera que estas bien, de 0.3 para abajo eres casi infértil).

Yo estaba muy triste, desesperada y enojada. Mi mamá me recomendó ir a la Neuromodulación con la Dra. Diana. Ya que ella ha (y sigue) ayudado a muchos de mis familiares con diferentes temas de salud, ¡con mucho éxito!

Entonces fui, al llegar no sabía bien que esperar… Llegué a un espacio sereno y tranquilo. En donde Diana y yo platicábamos mucho mientras ella me hacia el tratamiento, a veces me daba cosas para leer, las cuales eran confrontativas a mi estado emocional y al terminar era todo muy liberador. Diana me enseñó una técnica para destensar el cuerpo, la cual es toda una experiencia corporal y retadora, y cuando acabas, te sientes tranquilo y como nuevo. En mi caso, también me sugirió una dieta (no carbohidratos simples ni lácteos), y en el conjunto de todo, empecé a ver cambios significativos en mi cuerpo y en mis ciclos menstruales. Por primera vez en mi vida me bajó regularmente a los 28 días. Además, me sentía de maravilla.

Un poco más de medio año después, me casé. Mi esposo, mi ginecólogo y yo decidimos que, en vez de tratar de congelar mis óvulos, mejor yo trataba de tener hijos. Obviamente Diana fue parte de este proceso. Me volvieron a sacar la prueba de la antimuleriana y, ¡salió arriba de 1! Iniciamos tratamientos de in vitro y al segundo intento, ¡me embaracé! Fue un embarazo bueno en general con una excepción…

Empezando el segundo trimestre tuve un sangrado moderado. Tuve que estar en reposo casi un mes. La razón es porque tuve desprendimientos de placenta. En cuanto pasó, le llamé a la Dra. Diana quien estaba en un viaje en Chihuahua. A pesar de estar de vacaciones y de la conexión complicada, la Dra. se tomó el tiempo de darme sesiones remotas. Yo creo que me ayudaron mucho además de que la Dra. tomó tiempo de sus vacaciones y de estar con sus familiares y amigos para ayudarme cuando yo estaba realmente asustada. Seguimos con las sesiones hasta que terminé de manchar y el resto del embarazo me sentí perfecto.

Hoy en día, mi hijo tiene 2 años y medio. Estoy muy agradecida con Diana por toda su ayuda y apoyo a lo largo de este proceso.

Mariana Carrillo

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Mi experiencia con la Nueromodulación fue muy positiva. Padecí una enfermedad, hasta ahora diagnosticada como Bechet, es una enfermedad inmunológica que genera crisis muy fuertes y se manifiesta con aftas y úlceras en garganta, boca, lengua, párpados y mucosas. Es una enfermedad para la que, hasta ahora, la medicina tradicional no ha encontrado cura.

En un episodio de crisis de esta enfermedad, desesperado de no encontrar ayuda con ningún médico (incluso algunos que visité se asustaban y me decían que ellos no trataban ese tipo de enfermedades), me recomendaron asistir con Diana, la cual amablemente me recibió de emergencia (ya que no tenía espacio en su agenda). En sólo una sesión, después de recibir el tratamiento en la mañana, en la tarde ese mismo día ya estaba muy disminuida la hinchazón y las úlceras, para el día siguiente ya no tenía nada, estaba totalmente curado.

Rodrigo Herrera

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Hace ya cinco años comencé el tratamiento de Neuromodulación con la Dra. Diana Morales por mi padecimiento de fibromialgia.
Llevaba mucho tiempo peregrinando de médico en médico, cuyas opiniones no me daban ninguna esperanza: “la fibromialgia no es curable”, era la sentencia de los médicos. Desde la primera consulta noté un cambio, sutil e impreciso pero ahí estaba. Mi perseverancia y la suya, lograron la curación. Poco a poco cada uno de los síntomas fue desapareciendo. No he vuelto a sufrir por aquella cadena perpetua a la que los médicos alópatas me habían condenado.

Elena Guelbenzu

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Yo soy Jack, un perro cruza de Chihuahua y Russell Terrier, jajajaja; mis padres son muy finos, pero escogieron mal a su pareja y soy el resultado de su amor apasionado.

Nací en un hermoso departamento de una “familia bien” y a los dos meses me regalaron con mi ama, con todo tipo de recomendaciones para que me cuidara y atendiera como me lo merezco.  En cuanto me vio, la hice feliz y desde hace seis años vivimos juntos, ella su esposo y yo.

Tengo que confesar que exijo  que me traten como uno de ellos; que me permitan estar en la sala cuando tienen visitas y no se diga en su recámara o en el comedor. Me encanta su comida y no las croquetas secas que parecen comida de perro, también me gusta su cama  y odio que se vayan de vacaciones sin mí.

Por lo que ellos llaman “mis exigencias” y que me enojo bastante cuando me las niegan, mi ama decidió que Diana me diera terapia. Me considero casi humano, pero esas ya son exageraciones. Como no me pidieron mi opinión, le contaron a Diana que cuando me enojaba me hacía pipi por todos lados, les gruñía y les enseñaba los dientes.

La verdad, no me he dado cuenta de cuando recibo la famosa terapia, pero mis amos dicen que he mejorado mucho en mi comportamiento. Si estoy en un sillón echado y quieren que me quite, ya no les gruño y menos les saco los dientes. Y estoy muy bien portado en lo que se refiere a la pipí. Obvio, si me dejan mucho tiempo solo en la casa con sus asistentes, porque se van muchos días de vacaciones, para que no se olviden de quien soy, sí me hago por ahí, pero…poquito.

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Permíteme contarte mi historia. Padecí fibromialgia, por 12 años. Me atendía un médico internista y reumatólogo, un psicólogo y la especialista en nutrición. Todo esto sin resultados y con una terrible depresión porqué además de los dolores, tenía la angustia de solo trabajar para comprar medicamentos. Aunado a esto la impotencia de la familia ya que, derivado de todos mis síntomas, tuve un intento de suicidio.

Por un programa de radio escuchamos una amiga (que tenía el mismo problema) y yo, hablar de la Dra. Diana Morales y la Técnica de Neuromodulación; hice mi cita y me trasladé al D.F. con una gran ilusión por sanar. Al llegar al consultorio y en la sala de espera conocí a un médico militar, entablamos una pequeña charla y me dijo “mi esposa tenía fibromialgia y la Dra. Diana la está atendiendo con excelentes resultados”. Al tocar mi turno la Dra. muy profesional me preguntó ¿le explicó en qué consiste la técnica? Mi respuesta fue, “yo vengo a que me sane y usted será mi ángel”. Inicié mi terapia con ejercicios de respiración.

En esa primera cita mi cuerpo reaccionó con cansancio y dormí muchas horas, en la tercera sesión empezaron a desaparecer los dolores y milagrosamente con siete sesiones me dieron de alta. Aclaro que regresé a casa completamente sin dolor y empecé a compartir mi historia con personas que tenían la misma enfermedad, incluso alguien del estado de Durango; ellos también tuvieron resultados maravillosos … Gracias al creador y a la Dra Diana Morales mi vida cambió totalmente recuperando a mi familia y el gusto por vivir.

Maricela

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La verdad, cuando me hablaron de ti Diana, y me dijeron que curabas malestares sin el uso de medicinas, de entrada yo no lo creí; de hecho, pasó mucho tiempo hasta que me decidí a probar.

Un día, desesperada de despertar todos los días con dolores de cabeza, le llamé a la persona que me había recomendado que fuera contigo y me decidí a verte. Con la primera sesión me bastó para saber que tu terapia era algo diferente e increíble; desde que salí del consultorio la primera vez, ya me sentía bien. Yo sufría de dolores de cabeza y migrañas desde los 9 años, hoy tengo 51 y es una maravilla no padecerlos y no tomar ningún tipo de analgésico.

Por otro lado, mi situación emocional a mediados de 2017 fue muy difícil, tuve que superar varios duelos, tantos como entre el 2007 y 2009, en aquel entonces me llevo años superarlos, pero gracias a esta terapia, esta vez salí mucho más rápido, en cuestión de semanas. He dejado de tomar medicamentos y mi salud y mi estado de ánimo están increíbles.

Ingrid Eternod

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¡Hola! ¿Sabes?, en la vida encontramos ángeles, les recuerdo mi nombre Maricela del Estado de Michoacán, para compartirte que después de sanar de fibromialgia con la Neuromodulación, y el trabajo profesional de la Dra Diana Morales, tuve un accidente automovilístico, sufrí de fractura de peroné y calcaneo, y esguince de tercer grado, necesité tres cirugías en un pie. Después de las cirugías volví a caminar pero con una discapacidad, lo que me impidió usar zapatos normales, solo podía ponerme ortopédicos o tenis.

Después de la rehabilitación y con vida, tuve el gusto de acompañar a una amiga a la Cd. de México a una cita con la Dra Diana … Al entrar a saludar me preguntó por qué tenía zapatos ortopédicos, le platiqué y me aseguró que yo regresaría a casa con zapatos normales. Inició mi terapia que en esta ocasión consistió de tres sesiones, y efectivamente regresé a casa con zapatos normales. Una vez más logré un cambio total en mi vida, por eso me complace compartir este mensaje de esperanza para quienes quieran sanar su vida.

Hago zumba, camino, bailo, hago caminata hasta la fecha y, lo más importante, sin dolor siempre estaré agradecida con Dios por haberla puesto en mi camino…y siempre que necesito a la Dra. Diana para alguien de la familia o quien acude a conocer mi historia estoy segura que es para cambiar vidas… Con todo mi agradecimiento y amor a la profesionalidad de la Dra. Diana Morales

Maricela

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Hola! quiero compartirte mi testimonio de como Diana Morales a través de la medicina energética me sanó completamente de una enfermedad que se llama fibromialgia y que muchos médicos dicen que no existe, como también negaban anteriormente otras enfermedades y ahora ya las reconocen y ponen en sus libros sin embargo, los síntomas sí existen y son terribles! Yo la padecí por 10 años!

Fui a ver de todo, médicos reumatólogos, neurólogos, psiquiatras, etc., y hasta probé con limpias, sanadores, homeopatía, flores de Bach, acupuntura, Reiki etc. etc., y no es que diga que todo esto no sirve, para muchas personas podrá servirles pero a mi no me sirvió nada de esto, sobre todo la medicina alópata que solo me trataba los síntomas con 10 diferentes medicamentos! ¡Por supuesto que me afectaron el hígado, riñones, etc. y no mejoraba! Iba de mal en peor y entré en una profunda depresión, lo que quería era ya morir!, aunque nunca perdí la esperanza de encontrar algo que me sirviera de verdad y cuando acepté realmente la enfermedad y mi destino, ¡fue cuando apareció Diana en mi camino!

Sin saber lo que hacía, sin creer en que me iba a sanar, simplemente con el deseo profundo de que me sanara, fue que empecé sus maravillosas terapias, que al principio yo misma me decía que no me iban a servir y que de seguro era otra persona que fallaría en el intento, y además sentia que no hacia nada significativo para mi y ¡OH sorpresa! después de la sexta sesión, y siendo que yo llevaba 10 años sin dormir bien, y si dormía algo no descansaba, y además sentía dolor constante de día y de noche, me desperté sin haberme levantado en toda la noche y sin que me doliera absolutamente nada! No podía creerlo y además me asusté y pensé que en algún momento me iban a regresar todos los síntomas, y llevo 8 años sin que hayan regresado!.

Diana es una persona maravillosa y profesional, íntegra, humana, empática, dedicada al cien por ciento a su trabajo, que siempre está actualizándose y estudiando nuevos métodos para cada día poder ayudar más a sus pacientes y ser más eficaz. Yo la admiro profundamente y creo en lo que hace a ojos cerrados y abiertos. Si el destino me deparara otra enfermedad no dudaría en verla a ella antes que a cualquiera.

Como se podrán imaginar, le vivo eternamente agradecida a Diana y al creador de este maravilloso método de medicina energética e informativa, y además a partir de ahí encontré mi verdadera vocación y ahora me dedico también a la medicina energética, aunque todavía no tengo ni la mitad de experiencia que ella tiene, lo importante es que estoy en el camino y también se lo debo a ella.

Gracias, gracias, gracias eternamente para ti Diana.

Constanza Ugalde

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Llegué con Diana, ya que me la habían recomendado mucho. Tenía un cansancio crónico, y una historia de vida de hipoglucemia. Desde la primera sesión noté los cambios, hasta que regresé a la normalidad con niveles de energía buenos y dejé de experimentar esos bajones de azúcar. La técnica que utiliza es muy buena y ella es muy profesional.

Isabel Castillo

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Tuve mi primer ataque de pánico en 2016, al principio no sabía ni lo que me estaba pasando, creía que me estaba quedando loca, todo me daba miedo, y dejé de hacer mis actividades cotidianas al grado de deprimirme y no querer salir de casa. Me recomendaron a Diana morales, me trató sin medicamentos, y sin ser exagerada, me salvó la vida (lo que yo estaba viviendo no me permitía ser quien soy). Hoy en día no he vuelto a tener otro ataque de pánico, y si llego a sentir ansiedad, lo puedo controlar muy bien.

Fernanda Rangel

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Tengo 26 años de edad, hace aproximadamente cuatro años fui diagnosticada con fibromialgia. El llegar a este diagnóstico fue un camino bastante difícil, ya que tuve que acudir a infinidad de especialistas donde tuvieron que descartar desde un lupus, tumores en la cabeza, hipotiroidismo, enfermedades en los huesos, entre otros padecimientos. No existía en mi día a día ni cinco minutos donde no tuviera dolor,  era una combinación de sensaciones y dolores inexplicables, pero literal no toleraba ni la ropa, me dolía hasta el cuero cabelludo. El dolor rodaba en mi cuerpo , se pasaba de un lado a otro, no podía dormir, sentía piquetes en todo el cuerpo y todo el día estaba cansada, no sabia si era de dolor o qué era, pero sudaba, la mandíbula se me trababa y ya no podía comer porque no podía abrir la boca y nunca pensé que pudiera ser de fibromialgia. En aquél tiempo me atendía un neurólogo quien me recetó Lyrica, que me controlaba solo un poco el dolor, antes de este medicamento intenté con otros, que lejos de ayudarme solo me producían efectos adversos; como la pregabalina con la que sentía como si mi cerebro se hiciera pequeño y me hormigueaba la lengua, para mi, fue el peor de todos los medicamentos que me recetaron.

Después llegó el momento en que ya no podía ni ver bien, la vista se me nublaba sin explicación alguna, fui a ver al oftalmólogo, y fue él quien me recomendó con la doctora Diana Morales y, dicho de manera coloquial, en ese momento volví a ver la luz. Hablé con ella y me dijo que eran terapias de Neuromodulación.

No obstante que los tratamientos del neurólogo no me ayudaban y me causaban tantos efectos secundarios, al yo preguntarle su opinión sobre Neuromdulación, sin siquiera conocer él la técnica me respondió: “eso de la Neuromodulación no existe, no te creas “. Así responden muchos médicos cuando les pedimos una opinión sobre tratamientos alternativos.

Aun con eso decidí ir a la primera consulta, era la única esperanza, ya que todos los médicos te hacen creer que no hay cura solo una mejor calidad de vida y ahora puedo decir que SÍ la hay. No es cierto que “debas de aprender a vivir con dolor”, que es algo que “no se quita y que solo se controla”. En la primera consulta le dije a la Dra. Diana mis múltiples síntomas y me dijo que en vez de utilizar el tiempo en explicarme en que consistía la terapia ese tiempo lo ocuparía en darme terapia para hacerme sentir mejor lo más pronto posible, y que entendía mi dolor por que ella misma había padecido todo esto y me confortó diciéndome que yo volvería a estar bien. Confié y comenzó la primera sesión, literal, físicamente no me hizo nada. Al terminar la sesión yo me sentía igual pero creí que era la única luz que tenía prendida en ese camino. Para mi sorpresa, a las tres horas me quedé dormida como hacía mucho tiempo no lo hacía, disfruté de un sueño profundo, y sobretodo reparador. Continué con las terapias.

Mi familia y amistades me preguntaban qué era exactamente lo que hacía la doctora; yo me reía porque no podía explicar como el cuerpo puede sanar sin intervención física ni medicinas, y debo decir que cada vez que salía del consultorio sentía como si saliera una mejor parte de mi. Poco a poco fui bajando las dosis de los medicamentos hasta que los dejé todos.

Mis zapatillas y las bolsas volvieron a ser parte de mí; después de haber estado olvidados porque el dolor no me lo permitía, y sobre todo me volvió la felicidad ya que cuando llegué con ella lloraba hasta porque un zancudito pasara, o sin razón alguna, llegué a decir que prefería tener cáncer en los huesos que seguir así, no encontraba cura ni había pastilla que me quitara el dolor, y yo ya no aguantaba más y si fuera cáncer sería diagnosticada, comenzaría un tratamiento pero solo tendría dos opciones, y eran o morir en el intento de vencer el cáncer o vivir sana.  Se podría decir que es una exageración pero era una desesperacion inmensa, pensaba que jamás podría hacer algo en la vida con tanto dolor o simplemente nunca tendría un bebé puesto que no podría cargarlo o jugar con él. Hoy solo puedo decir gracias, porque aunque no entiendo la técnica, el dolor ya no lo tengo y hoy puedo decir que la fibromialgia se cura .

Y a la doctora Diana solo me queda darle las gracias infinitas por lo que ha hecho en mi en términos de salud con respecto al tema de fibromialgia. Me cambió la vida y es que quizás no iba a morir de fibromialgia pero si de la tristeza y la desesperación .

Anahí Ángel Pérez

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Conocí a Diana Morales y la Neuromodulación (NMT) hace más de ocho años. Desde el primer momento me sentí muy identificada con ella y con la terapia. Con el paso de los años me ha seguido tratando en diferentes situaciones y también con otras terapias que utiliza.

En mi caso me ayudó mucho especialmente con situaciones emocionales y psicológicas que tenía guardé por muchos años, desde la infancia, problemas de estrés, ansiedad, codependencia y mal dormir. El cambio lo sentí casi de inmediato y el seguimiento me hizo sentir realmente bien.

Al ver los resultados con mis terapias, llevé también a mis hijos a los que ha ayudado en la infancia y adolescencia con situaciones físicas virales, bacteriales y problemas de dolores musculares. También los ayudó mucho en situaciones emocionales como inseguridad y miedo.

Mi marido, al ver los resultados conmigo y mis hijos, también se benefició de la ayuda de Diana, especialmente con problemas fuertes de alergias que tenía desde la niñez que por fin fueron eliminados.

Pero no solo mi familia ha recibido la ayuda de Diana, sino que también mi gata que tuvo un caso grave de insuficiencia renal y piedras en los riñones. Estuvo a punto de morir, interna en el veterinario con suero y pocas esperanzas, pero el cambio se notó casi de inmediato con la terapia de Diana de Neuromodulación y la fórmula de Rescue, con lo que tuvo una recuperación que a la fecha, cinco años después, ya ni nos acordamos del problema grave que tuvo.

Tengo mucho que agradecerle a Diana por los años de ayuda con la salud física y emocional mía y de mi familia.

Cecilia Armida

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Deseo compartirles mi experiencia con la técnica que imparte la Dra. Diana Morales, todo comenzó hace 15 años aproximadamente, después de buscar incansablemente una medicina que me permitiera continuar con mi día a día sin tener que luchar por moverme, las únicas opciones que me daban era tomar muchas pastillas, a lo cual me negué rotundamente ya que consideraba que tendría que haber algo más.

Una gran persona que amo con todo el corazón me sugirió probar con una nueva técnica en México, fui con toda la esperanza de que fuera efectivo y el resultado fue maravilloso, simplemente me regreso a la vida, por lo que estoy eternamente agradecida con Diana, desde ya hace varios años puedo decir que muy a pesar de los diagnósticos médicos ya no padezco esta enfermedad, FIBROMIALGIA.

Diana siempre que puedo te lo digo eres uno de los dos ángeles que me ayudaron con este proceso.  Un abrazo enorme y por siempre mi gratitud. 

Claudia Ramirez

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Hace muchos años conocí a la Dra. Morales ya que tenía fibromialgia, me aplicó la técnica de Neuromodulación y me liberó de unos terribles dolores, además de ayudarme emocionalmente.

¡No he vuelto a tener ningún problema! Doy gracias a Dios de ponerla en mi camino, ya que es una persona con gran honestidad y profesionalidad, de lo cual, hay cada vez menos.

Ivonne Carrillo

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Hace unos años sufría de fibriomialgia. Cuando empecé el tratamiento con Diana empecé a ver los cambios en mi cuerpo. El método de Neuromodulación, es muy eficaz y me cambió la vida.

Yo sentía un cansancio al grado de arrastrar mis pies por falta de energía al caminar. Me sentía extremadamente cansada, con mucho dolor y sin ganas de hacer nada. A las pocas sesiones con Diana todo cambió. Y hoy ya no tengo fibriomialgia.
Para mi fue un cambio radical y estoy muy agradecida de conocer a Diana.

También llevé a tratamiento a mi hija por alergias alimentarías, las más severas eran al huevo y trigo. Hoy mi hija puede comer de todo lo que antes le provocaba ronchas en la piel y mucosidades.

Karina Becerra

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Me veo hace dos años. El dolor de estómago, de cabeza, las noches de insomnio, la ansiedad ante la decisión de salir de una relación agresiva. Conforme le contaba mi situación a Diana, ella me iba aclarando lo que me sucedía. Me dio referencias a estudios y teorías para ver el ciclo de abuso en el que estaba metida, también usó otros métodos alternativos y visualizaciones para que tomara una mayor conciencia de lo que vivía.

Diana, me ha acompañado con sus conocimientos sobre la psicología, la neurología y la espiritualidad humana. Pero sobre todo, me ha acompañado con cariño, humor y fe. Ha rescatado mis partes creativas y luminosas. Desde el inicio, puso énfasis en que yo tenía los recursos para estar bien y eso me dio mucha confianza. La he buscado atormentada por la ansiedad, el abandono, la indecisión, los celos, la inseguridad y en cada ocasión me ha devuelto a la parte equilibrada y armoniosa de mí misma.

Daniela Alarcón

Diana, antes que nada quiero agradecerte por tu tiempo y dedicación para el tratamiento de mi hijo Miguel. Agradecerte también que lo pudimos hacer sin que él siquiera se enterara de que estaba siendo tratado.

Te platico que desde la primera sesión para Miguel, hace dos meses, noté que comía menos; desde entonces ya no me pide comer entre comidas ni me pide postre. Un ejemplo de ello es que en lugar de dos sopes de desayuno quedaba satisfecho con uno. Sus cantidades en la cena también disminuyeron a la mitad o más, ya que con algo de fruta y yogurt queda satisfecho no como antes que quería yogurt, sándwich y cereal!!!!! También noté que su costumbre de pedir galletas a la 1pm había desaparecido por completo. A lo largo de 4 semanas de tratamiento noté que su shorts y sus pijamas que le quedaban muy apretados, ahora le quedaban flojos. Noté también un incremento en su consumo de agua lo cual me parece muy bueno. A la semana y media de tratamiento comenzó a pedirme que quería comer lechuga entre comidas, increíble!!!! Me gustaría continuar con su tratamiento para reforzar lo que hasta ahora se ha logrado. Hasta ahora te puedo decir que Miguel ha bajado entre 3 y 4 centímetros tanto de abdomen como de cadera, hasta mi vecina le dijo que lo ve más delgado y lo felicitó.
Karen Alcocer

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Diana, antes que nada quiero agradecerte por tu tiempo y dedicación para el tratamiento de mi hijo Miguel. Agradecerte también que lo pudimos hacer sin que él siquiera se enterara de que estaba siendo tratado.

Te platico que desde la primera sesión para Miguel, hace dos meses, noté que comía menos; desde entonces ya no me pide comer entre comidas ni me pide postre. Un ejemplo de ello es que en lugar de dos sopes de desayuno quedaba satisfecho con uno. Sus cantidades en la cena también disminuyeron a la mitad o más, ya que con algo de fruta y yogurt queda satisfecho no como antes que quería yogurt, sándwich y cereal!!!!! También noté que su costumbre de pedir galletas a la 1pm había desaparecido por completo. A lo largo de 4 semanas de tratamiento noté que su shorts y sus pijamas que le quedaban muy apretados, ahora le quedaban flojos. Noté también un incremento en su consumo de agua lo cual me parece muy bueno. A la semana y media de tratamiento comenzó a pedirme que quería comer lechuga entre comidas, increíble!!!! Me gustaría continuar con su tratamiento para reforzar lo que hasta ahora se ha logrado. Hasta ahora te puedo decir que Miguel ha bajado entre 3 y 4 centímetros tanto de abdomen como de cadera, hasta mi vecina le dijo que lo ve más delgado y lo felicitó.
Karen Alcocer

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Llegó un momento en mi vida, donde todo se juntó, el exceso de trabajo, se tornó compleja la relación con mi familia y con mi pareja.

Recuerdo muy bien la noche del 14 de febrero de 2019 sin razón aparente, no pude dormir y ahí fue donde empecé a sentirme en picada. 

Después de tener insomnio por más de dos semanas y con diez kilos menos por la anorexia que estaba experimentando por causa del mismo insomnio.

Me sentía desesperado, con un gran vacío interior con pocas fuerzas, por la falta de sueño y alimento, solo de ver la comida sentía nauseas, mi presencia en esta vida empezó a no tener sentido, mi autoestima y mi valía la tenía por los suelos.

Empecé la búsqueda con amigos y familiares, ya fuese un siquiatra, un psicólogo, algún especialista en trastornos del sueño o un Gurú.

En una reunión una amiga me comento que conocía a alguien que además de terapia psicológica daba una terapia diferente, le dije, dame su número,

Al siguiente día estaba haciendo cita con Diana, tuve que esperar ocho días más para poder verla.

Para ese momento me sentía peor aún. Después de una presentación breve, Diana me comento, “Realmente te veo muy mal, vamos a dejar la presentación e introducción largas a un lado y empezaremos con la terapia”. Cerré mis ojos y después de unos minutos empecé a experimentar un sentimiento de paz, casi de forma inmediata, algo que no sentía ya desde hace tiempo.

Llegué a casa con una sensación de cansancio y desde esa noche, pude conciliar el sueño nuevamente.

Acudí a verla por unas doce sesiones, con el paso de las semanas mi sueño era cada vez más profundo y reparador, empecé a poner límites en todas las áreas de mi vida, empecé a resolver cosas que tenía bloqueadas y trabaje situaciones de mi infancia que nunca hubiera imaginado que arrastraba en mi adultez.

Comencé nuevamente a darle un propósito a mi vida con la alegría y ganas de seguir adelante.

Bernardo Martínez
Español